Christian Casanova, maestro del mimo en nuestro tiempo.

 

De espíritu luchador y creativo, en búsqueda de un medio de expresión. La causalidad le llevó a acompañar a una amiga a un taller de teatro con el dramaturgo titiritero, Roberto Espina. Ella fue a un par de clases y él, se quedó.

El señor Espina se convirtió en su mentor y guía. Le sacó a las calles….Ese fue el inicio.

Le invitó a ver al gran Marceau. No llegó hasta el final. La información recibida le hizo reconocer una plataforma estable pero flexible, desde la cual poder generar un espacio para acoger todos los procesos de expresión emocional a través de la espontaneidad, del silencio.

Este fue el revulsivo que le hizo comprarse un vestuario, maquillaje y salir jugar con los estímulos de la calle, los conflictos, manejar emociones… Se creaba el espectáculo “SU-SESO TALADRO”.

 

El mimo se convirtió en su pasión, estudiando a los grandes como:

Baxter Keaton y su gesto hierático, su admirable capacidad acróbatica y su espontaneidad.

Charles Chaplin en su habilidad de generar espacios invisibles, donde un gesto preciso lo cambia todo.

Decroux y su aplicación del drama al movimiento físico: pausa, vacilación, peso, resistencia, sorpresa, emoción…

Marceau y su identificación con los personajes, elementos y objetos que lo rodean.

Lecoq y su estudio de la máscara.

 

Creando escuela

 

El estilo inconfundible de Christian en su personaje por excelencia “MURMUYO”, ha mostrado cómo se unen todas estas influencias, configurando un nuevo paisaje, una nueva tierra.

Un estilo único que, cómo no, ha inspirado a nuevos artistas de calle.

Una manera de entender el arte del mimo que mueve y conmueve a todo espectador. Generando emociones intensas, situaciones increíbles y momentos inolvidables.